Este queso de cabra tiene vida propia, evoluciona según van pasando los días y va intensificando su sabor, de manera que no dejará de sorprender . Su sabor es dulcemente suave a la vez de intenso, y cuenta con una textura aterciopelada con una corteza blanquecina debido al moho que le proporciona ese sabor inigualable. Con el paso del tiempo, el queso va "proteolizando" que es su forma de evolución natural, es decir que va transformandose y cremandose. Durante el proceso verás que va cambiando de forma sobresaliente su color, textura y lo mejor ... ¡Su sabor!